martes, 3 de enero de 2012

Árbol azul

Desde tus raíces te has llenado de cielo, el mismo te ha desbordado, te ha poseído una y mil veces.
Tu sabia real, única, extraordinaria, ha comunicado vida de un mágico modo.
Viene una bandada de ángeles a posarse sobre tus ramas, arterias de sangre azul que laten desde las raíces.
De pronto, emprenden nuevamente el vuelo para llevar de vuelta al universo tu mensaje.
Como el ave que se tiñó de tu color por detenerse en tu follaje, así mi corazón se tiñó para siempre de ti.
Nos hemos semejado tanto, estoy tan compenetrado contigo que, sin importar donde vaya, por describirte hablo del cielo aferrado a la tierra.
Pareces un mástil que apunta hacia el lugar de donde viene. Sin duda ha sido una semilla de cielo la que motivó que germinaras y por eso, a medida que creces, tiendes a volver a la multitud de constelaciones que te esperan.
 Tus formas, son las formas perfectas, son las formas del orbe, son las formas últimas que deseo mirar y en las que espero perderme hasta que una nueva creación desde ellas se forje.
Cuando el viento te mueva, en una tarde de estío, mi mirada volverá a perderse en ti, se enamorará definitivamente del cuerpo azul que emerge desde el suelo y que me eleva hacia el infinito. Entonces, juntos, fundidos, volveremos a ser estrellas, cielo, árbol, todo al mismo tiempo, todo sin más tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario