miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sombra amiga...

Toco el aire, huelo una lágrima y miro tu silencio.
Sigo parado aquí, junto a ti, no me despego...
Olvidado, desgastado desde dentro, huyendo de mí.
Me quedo porque aprendí contigo a ser fiel, que no importa que se llenen los abismos con otras compañías.
Poco importa si la juventud se diluye entre la niebla de los atardeceres, menos si la verdad queda relegada a causa de risas por cumplir...
Hoy me basta con saberte a mi lado, con la certeza del condenado: lo que no falla es la muerte; lo que no falla es tu compañía.
Sé mi buena compañera hoy, Melancolía, como yo estoy dispuesto a serlo de ti, amiga.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Veremos

Que hoy la luz traspasó mi ventana y llegó a mis sentimientos... veremos.
Que el dinero compra casi todo y que todos tienen su precio... veremos.
Que un corazón amante late tan fuerte que puede ser escuchado a kilómetros... Dímelo tú y... veremos.
 Yo, yo te he visto, sin precios, con luces y sombras, con un corazón latiendo fuerte; entonces...
  He visto lo que necesitaba, he olido lo que he querido, he oído la voz más dulce, he tocado el mundo
en un instante... ¿Puede haber algo más?... VEREMOS, si quieres, veremos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

De corazón...

Si no lloro es porque soy cobarde, es porque necesito cobijarme y refugiarme en tu regazo.
Si lloro es porque me has dado espacio para ello, porque me amas así, en mi miseria y mis fragilidades.
Soy tu copa de cristal, llevo tus huellas, y guardo lo mejor de la vida para ponerlo ante ti.

Si no lloro es porque el cristal mojado pierde su pureza y yo, ya soy demasiado de eso.
Poco cristal, mucha arena, muy yo... pero aspiro a ser cada vez más tú.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Y si...

Buscando en los recuerdos, te encontré.
Te dije buenos días, tiempo sin saber de ti.
Me devolviste el saludo y, por fin me sonreíste.
Si hubiera sido antes, si hubiera sido cuando no había espacio para nadie más...

Hoy, somos lo mismo, iguales en esto, recuerdos...
bellos recuerdos, aunque, tal vez...
No, creo que te mereces un mejor presente.

Uno que sueñe menos, que como la brisa, bese más.
Uno que, como el viento, te hable más.
Uno que sea como un río y deje huellas,
No como la nieve, que se siente mientras cae y que,
después, desaparece...