
¿Si muere el día... renacerá en un nocturno corazón de un nocturno caballero? Un pobre caballero andante, de la más dura travesía, de la que va al interior, a lo profundo, la que busca rescatar la poesía. Nocturno porque anda a obscuras, porque no reconoce el día, el día de la grandeza, el de la nueva salida. Nocturno por lo discreto, por lo calmo y silencioso, o tal vez, por el misterio. ¡Ay! ¡Quién fuera caballero!, andante si muere el día...